Las Tradiciones sirven de guía para establecer y mantener buenas relaciones, no sólo nuestros grupos de Al-Anon sino también con familiares y amigos.
La Primera Tradición, “Nuestro bienestar debiera tener la preferencia; el progreso individual del mayor número depende de la unión”, me ha revelado como resolver los problemas con mi familia. Participar en las reuniones de Al-Anon, en las cuales nuestro bienestar común es una condición importante de la recuperación, me ha permitido expresar la parte que me corresponde del bienestar común en los asuntos familiares. He aprendido que tengo el derecho de iniciar los debates sobre cuestiones relativas al bienestar común y participar plenamente en ellos.
La Segunda Tradición, que dice en parte, “Existe sólo una autoridad fundamental para regir los propósitos del grupo: un Dios bondadoso que se manifiesta en la conciencia de cada grupo”, me ofrece orientaciones que sigo cuando participo en los debates familiares. Expresar mi opinión una vez es correcto; más que eso es un intento de gobernar a los que me rodean.
Al utilizar mi experiencia de progreso en Al-Anon a través de la unidad, he descubierto un nuevo nivel de paciencia en la búsqueda de un terreno común con mis familiares. Aunque no siempre encontremos ese terreno común, agradezco que ahora pueda tener la posibilidad de buscarlo.
Pensamiento del día
La Primera Tradición me ayuda a beneficiarme de mi participación tanto en mi familia como en Al-Anon. La Segunda Tradición me recuerda que aunque yo participe, no estoy a cargo.
“Ahora sé que para que exista unidad en mi familia o en mi grupo, todos debemos tener voz.”
Senderos de recuperación, Pág.137